Una
estrella agotada ha explotado en una galaxia relativamente cercana la
Tierra, a unos 21 millones de años luz, y un telescopio en EE UU la
ha captado a las pocas horas de la explosión, desencadenando una
actividad frenética de astrónomos en todo el mundo para observarla
y analizar su luz.
Se trata de una supernova de tipo Ia y su brillo se está
incrementando por momentos. Los expertos calculan que en
una semana o 10 días se podrá ver desde la Tierra con prismáticos.
El
pasado 24 de agosto, un telescopio automático del Observatorio
de Monte Palomar (California)
que rastrea constantemente el cielo nocturno para encontrar estas
explosiones (el programa Palomar
Transient Factory, PTF),
captó la nueva supernova en la galaxia espiral del Molinete
(M 101); los ordenadores que analizan los datos del telescopio
identificaron el fenómeno y lo
difundieron por la red de observatorios de todo el mundo para apuntar
cuanto antes los telescopios y poder hacer así un seguimiento
intenso.
El
primer científico
que vio la supernova, denominada PTF 11kly, fue Peter
Nugent,
del Laboratorio
Nacional Lawrence Berkeley (EE
UU), y
sólo tres horas después de que el sistema automático la
identificara, ya estaban haciendo análisis de
su luz los
telescopios de Canarias,
según informa, los científicos de Berkeley. Nugent y su equipo, con
observaciones realizadas desde los observatorios Lick (California)
y Keck (Hawai),
han podido determinar que la supernova es del tipo Ia.
Estas
explosiones -un millar ha descubierto el PTF desde que comentó su
operación, en 2008- se
producen cuando una estrella mucho más masiva que el Sol ha quemado
todo su combustible (hidrógeno) y su horno de fusión nuclear
interno ya no puede contener la presión de la gravedad de la propia
estrella masiva y el cuerpo colapsa, desencadenándose la explosión
de supernova, que llega a adquirir un brillo superior a la entera
galaxia en la que está. Pero los procesos detallados implicados
todavía guardan muchos secretos que los científicos quieren
desentrañar.
"Las
supernovas de tipo Ia son las que utilizamos para medir la expansión
del universo y presenciar una tan cercana nos permite estudiarla con
detalles como nunca antes", ha dicho Mark Sullivan , de
la Universidad
de Oxford,
que lidera uno de los primeros equipos que han iniciado el
seguimiento de la del pasado miércoles.
El
hecho de haber captado la supernova PTF 11kly en las primeras horas y
empezar a estudiarla inmediatamente es muy importante para los
astrónomos, no sólo para conocer su evolución desde las primeras
fases, sino también porque pueden incluso observar fragmentos de la
estrella que ha explotado y averiguar de qué tipo era,
según ha explicado Andrew Howelly, de la Universidad
de California en Santa Bárbara.
"Estamos encontrando nuevas pistas para resolver el misterio del
origen de estas supernovas que nos ha desconcertado desde hace 70
años. Pese a haber investigado miles de supernovas, nunca he visto
algo así", añade Howelly en un comunicado del laboratorio
Berkeley.
La
supernova del miércoles está todavía aumentando su brillo y los
científicos creen que dentro de una semana o diez días llegará a
ser visible desde la Tierra con unos buenos prismáticos, como la
supernova de tipo Ia más brillante de los últimos 30 años.
A.R. -
Madrid - 26/08/2011
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