Monte Beriáin

Monte Beriáin
Monte Beriáin (San Donato). Foto cedida por Víctor Abendaño

lunes, 8 de marzo de 2010

DESCUBRIMIENTO DE FÁRMACOS POR ORDENADOR por Alessandro Paiardini “El País”

Un estudio reciente calcula que se necesitan entre 367 y 1.470 millones de euros para sacar un nuevo medicamento al mercado. Además, un fármaco prometedor puede acabar desechado incluso después de llegar a las pruebas clínicas con voluntarios humanos, con un coste inmenso para la compañía farmacéutica que lo ha desarrollado. Por eso, las empresas están tratando de reducir el riesgo mediante el uso de modelos teóricos de ordenador para el desarrollo de fármacos.
Antes de describir estos métodos, es importante entender cómo actúan las drogas. En términos estrictos, un fármaco es una pequeña molécula que interfiere en el funcionamiento de otras moléculas -casi siempre proteínas- interactuando con ellas y modulando su actividad nociva, hasta restablecer nuestra salud. Las proteínas son como candados; su estructura tridimensional específica hace que sólo puedan interactuar con sustancias que encajen exactamente con ellas, las llaves. Los modelos de ordenador pueden ser útiles para desentrañar la estructura tridimensional del candado y encontrar la llave apropiada en la montaña de drogas posibles.
La estructura tridimensional de la proteína la determina la secuencia de sus componentes, los aminoácidos. Cada secuencia específica de aminoácidos produce una estructura tridimensional concreta. Determinar de modo experimental la estructura tridimensional de una proteína puede ser una tarea difícil y lenta. Por suerte, los ordenadores pueden ayudarnos.
Introduciendo la secuencia de aminoácidos en un programa de ordenador, este compara la secuencia con las secuencias de otras proteínas cuya estructura ya conocemos y, después de varios cálculos, nos ofrece la forma de la proteína diana.
Una vez que hemos encontrado el candado, ¿cómo encontramos las llaves? Se pueden utilizar unas técnicas informáticas denominadas "métodos de exploración virtual" para encontrar, entre todos esos compuestos, el que encaja exactamente con el candado, la proteína que nos interesa.
Sin embargo, de ahí al desarrollo de un nuevo fármaco hay un camino lleno de trampas y obstáculos, y que demasiadas veces termina con el triste estribillo de la canción de The Verve: "Las drogas no funcionan".
Aun así, existen algunos grandes triunfos en el descubrimiento de fármacos. Un ejemplo de éxito (y de casualidad) asombroso es el de uno de los fármacos más vendidos de la historia, Viagra. Era un fármaco diseñado para aliviar los síntomas de la angina de pecho y curar la tensión alta. Las primeras pruebas clínicas indicaron que el medicamento tenía escaso efecto sobre la angina pero que podía provocar un efecto secundario interesante: ¡la erección del pene! De modo que, para algunos ancianos afortunados, su sueño sí se hizo realidad.
Alessandro Paiardini, Universidad de Roma-La Sapienza, institución miembro de la plataforma para promover el talento y difundir las ideas más innovadoras Atomium Culture

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